PARÍS.- El aumento de la tensión entre Irán y Arabia Saudí podría afectar aún más la frágil cohesión dentro de la OPEP, tensada por la caída de los precios, aunque sin afectar la estrategia del cartel de mantener la producción.
"Lo que pasa
actualmente entre Irán y Arabia Saudí hace todavía más difícil la
búsqueda de una solución y de un acuerdo" en la Organización de Países
Exportadores de Petróleo, enfrentados a una caída de los precios, estimó
el experto Francis Perrin.
En un momento en que los precios del
crudo han perdido más del 60% del valor que tenían a mediados de 2014,
cotizando cerca de los 40 dólares, el cartel enfrenta profundas
divisiones sobre qué estrategia adoptar.
Los países del golfo
encabezados por Arabia Saudí, primer productor de la OPEP, se niegan a
que la organización recorte el bombeo si otros países fuera del pacto no
se comprometen en la misma dirección. Hasta entonces, Riad ha logrado
imponer su visión.
Sin embargo, este inmovilismo penaliza
fuertemente a algunos de los miembros, como Venezuela, Argelia, Nigeria o
Ecuador, fuertemente dependientes de la renta petrolera, de donde
obtienen la mayoría de sus divisas.
Por su lado Irán, otro peso
fuerte en la OPEP, no quiere reducir su producción en un momento en que
el levantamiento de las sanciones occidentales en su contra le va a
permitir volver, después de muchos años a los mercados internacionales.
"La OPEP no tiene ninguna política en este momento, es más bien cada uno
por su lado", destacó Ole Hansen, analista de Saxo Bank.
"En el
corto plazo, no había ninguna posibilidad de acuerdo en la OPEP sobre la
producción y suponiendo que hubiera existido una posibilidad ínfima,
esta desapareció con la crisis actual de las relaciones entre Arabia
Saudita e Irán", estimó por su parte Pierre Terzian, director de la
consultora Petrostratégies.
Para Irán,
que ha cedido espacio a sus vecinos durante su ausencia en los mercados,
"sería normal" que otros miembros de la OPEP, incluida Arabia Saudí,
"recorten su producción en 2016 para hacerle un espacio en el mercado,
sin que los precios se hundan", explicó Perrin. Pero Riad, que busca
cerrar el mercado a los productores de esquisto de Estados Unidos, no
tiene previsto reducir su producción.
A finales de diciembre, el
ministro saudí de Petróleo dijo que su país "ya no tiene límites de
producción" y que va a responder a la demanda de sus clientes, afirmó en
declaraciones reproducidas por el diario Wall Street Journal.
"Claramente esto quiere decir que Arabia Saudí no va a dejar que Irán
aumente solo las exportaciones (...) y que al contrario, por su parte
también va a aumentar su producción", destaca Pierre Terzian.
Sin
embargo, la OPEP ya ha sobrevivido a conflictos entre sus miembros. "En
el momento de la guerra entre Irán e Irak, entre 1980 y 1988, el único
lugar donde los funcionarios iraníes e iraquíes podrían verse era en la
OPEP", recordó Perrin, que cree que subsiste un interés común de sus
miembros pese a las divisiones.
Paradójicamente, para Christopher
Dembik, analista de Saxo Banque, Irán y Arabia Saudí si coinciden en un
punto. "Los dos buscan recuperar cuotas de mercado. Tienen un interés a
medio plazo en esto, en que los precios sigan siendo bajos. Por
consecuencia, no tienen otra opción que entenderse, al menos en esto",
planteó.
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