LAGOS.- El Movimiento Islámico de Nigeria (MIN), de filiación tanto sunita
como chiita, condenó hoy en un comunicado la ejecución este sábado en
Arabia Saudita del clérigo chiita jeque Nimr Baqr al-Nimr, preso en
aquel país desde 2012.
El texto de la organización nigeriana argumenta que el líder religioso,
ejecutado junto a otros 46 reclusos, fue una figura activa en la lucha
contra la línea sectaria entre suníes y chiíes que tanto divide al Islam
dentro y fuera de aquel país árabe.
La condena a muerte de al-Nimr y demás enjuiciados por cargos de terrorismo alegados por el Ministerio del Interior de Riad, fue en realidad porque ellos integraron las protestas pacíficas contra Riad en 2011 ante la marginación de chiitas en su región oriental, añadió en el texto.
El MIN recordó en su comunicado que varias organizaciones humanistas criticaron el pobre historial de Arabia Saudita en el tema de los derechos humanos, con ejemplos como las más de 150 ejecuciones del año pasado, la cifra más alta en 20 años.
"Arabia Saudita y otros regímenes despóticos no democráticos de todo el mundo deben saber que la verdad no puede ser silenciada por el terrorismo de Estado, que mata a la gente defensora de cambios pacíficos, como ocurrió con al-Nimr y otros líderes en todo el mundo", señaló.
El MIN extendió sus condolencias a los musulmanes de todo el mundo y a la comunidad chiita en Arabia Saudita por el martirio del dignatario religioso y el de otros en ese país y en otros como Yemen, India, Irak, Pakistán, Irán, Líbano, Siria, Baréin, Kuwait, Nigeria y Afganistán.
La sentencia saudita de muerte contra al-Nimr y los otros 46 presos fue rechazada de inmediato por la comunidad islámica internacional y en particular por gobiernos como el de Siria e Irán.
El acto de ejecución, que generó el propio sábado un asalto a la embajada saudita en Teherán y al consulado en Mashhad por manifestantes, fue también rechazado por el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.
La condena a muerte de al-Nimr y demás enjuiciados por cargos de terrorismo alegados por el Ministerio del Interior de Riad, fue en realidad porque ellos integraron las protestas pacíficas contra Riad en 2011 ante la marginación de chiitas en su región oriental, añadió en el texto.
El MIN recordó en su comunicado que varias organizaciones humanistas criticaron el pobre historial de Arabia Saudita en el tema de los derechos humanos, con ejemplos como las más de 150 ejecuciones del año pasado, la cifra más alta en 20 años.
"Arabia Saudita y otros regímenes despóticos no democráticos de todo el mundo deben saber que la verdad no puede ser silenciada por el terrorismo de Estado, que mata a la gente defensora de cambios pacíficos, como ocurrió con al-Nimr y otros líderes en todo el mundo", señaló.
El MIN extendió sus condolencias a los musulmanes de todo el mundo y a la comunidad chiita en Arabia Saudita por el martirio del dignatario religioso y el de otros en ese país y en otros como Yemen, India, Irak, Pakistán, Irán, Líbano, Siria, Baréin, Kuwait, Nigeria y Afganistán.
La sentencia saudita de muerte contra al-Nimr y los otros 46 presos fue rechazada de inmediato por la comunidad islámica internacional y en particular por gobiernos como el de Siria e Irán.
El acto de ejecución, que generó el propio sábado un asalto a la embajada saudita en Teherán y al consulado en Mashhad por manifestantes, fue también rechazado por el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.
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