NUEVA YORK.- El presidente del Consejo de Seguridad de la ONU en enero, el embajador
uruguayo Elbio Rosselli, aseguró hoy que el órgano analiza la escalada
de tensiones de los últimos días entre Arabia Saudita e Irán.
"No hay aún conclusiones, pero no quiere decir que no las alcancemos, es
todo lo que puedo comentar al respecto", dijo aquí a periodistas en una
rueda de prensa sobre la agenda mensual del Consejo.
Rosselli señaló sus expectativas de que la crisis en curso no afecte el proceso dirigido a poner fin al conflicto en Siria, iniciativa en la cual Riad y Teherán participan, como parte del llamado grupo de apoyo internacional al país levantino, donde cinco años de enfrentamientos dejaron ya 250.000 muertos y 11 millones de desplazados.
Arabia Saudita e Irán viven una escalada en sus tensas relaciones, después de que el Reino Wahabita ejecutara bajo cargos de terrorismo al clérigo chiita Sheikh al-Nimr, lo que generó protestas en el Estado persa.
Personas indignadas por la ejecución asaltaron el sábado la embajada y un consulado sauditas, lo que provocó la ruptura de vínculos diplomáticos por el Reino con el Estado persa, decisión imitada por Bahrein y Sudán.
En la ONU hay preocupación de que la crisis afecte las negociaciones de paz para Siria, por la influencia de Riad y Teherán en los actores del conflicto.
Arabia Saudita apoya a los opositores y no oculta su alianza con occidente en el interés del cambio de régimen en Damasco, mientras Irán respalda al gobierno de Bashar al Assad y la búsqueda de una solución política sin injerencia extranjera.
El enviado especial de Naciones Unidas para Siria, Staffan de Mistura, emprendió hoy una gira que lo llevará a Riad y Teherán, con la misión de evitar que la escalada de tensiones afecte el diálogo inter-sirio, el cual debe comenzar en Ginebra a finales de este mes.
Rosselli señaló sus expectativas de que la crisis en curso no afecte el proceso dirigido a poner fin al conflicto en Siria, iniciativa en la cual Riad y Teherán participan, como parte del llamado grupo de apoyo internacional al país levantino, donde cinco años de enfrentamientos dejaron ya 250.000 muertos y 11 millones de desplazados.
Arabia Saudita e Irán viven una escalada en sus tensas relaciones, después de que el Reino Wahabita ejecutara bajo cargos de terrorismo al clérigo chiita Sheikh al-Nimr, lo que generó protestas en el Estado persa.
Personas indignadas por la ejecución asaltaron el sábado la embajada y un consulado sauditas, lo que provocó la ruptura de vínculos diplomáticos por el Reino con el Estado persa, decisión imitada por Bahrein y Sudán.
En la ONU hay preocupación de que la crisis afecte las negociaciones de paz para Siria, por la influencia de Riad y Teherán en los actores del conflicto.
Arabia Saudita apoya a los opositores y no oculta su alianza con occidente en el interés del cambio de régimen en Damasco, mientras Irán respalda al gobierno de Bashar al Assad y la búsqueda de una solución política sin injerencia extranjera.
El enviado especial de Naciones Unidas para Siria, Staffan de Mistura, emprendió hoy una gira que lo llevará a Riad y Teherán, con la misión de evitar que la escalada de tensiones afecte el diálogo inter-sirio, el cual debe comenzar en Ginebra a finales de este mes.
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