BERLÍN.- El Congreso y la Administración del presidente de
Estados Unidos, Barack Obama, han acordado empezar a vender el petróleo
de la reserva estratégica de país para estabilizar el presupuesto. No
obstante, detrás de las razones económicas de Washington se esconde el
deseo de desencadenar una guerra por los precios de las materias primas,
opina un diario alemán.
En su
momento, Estados Unidos decidió que sólo utilizaría su reserva
estratégica de petróleo en casos de emergencia: en caso de crisis,
guerras o desastres naturales, como ocurrió en 2005, cuando el huracán
Katrina destruyó decenas de plataformas petrolíferas. Sin embargo, ahora
todo indica que emplea estos recursos "para atacar", señala 'Die Welt'.
Ahora, la Casa Blanca y el Congreso de EE.UU. han acordado vender el 8
% de las reservas estratégicas de petróleo del país, que actualmente
ascienden a 695 millones de barriles. Según esta iniciativa, sólo en el
período 2018-2023 venderán 58 millones de barriles, mientras que los
ingresos que obtengan por los casi 60 millones de barriles en 2025 serán
transferidos al fondo general del Departamento de Tesoro.
De
acuerdo con los datos oficiales, el monto obtenido debe destinarse a
"estabilizar el presupuesto". No obstante, la publicación subraya que se
trata de una medida muy controvertida desde el punto de vista
económico, ya que resulta poco probable que el petróleo, que con los
precios actuales sólo permitiría ingresar 3.000 millones de dólares,
ayude al país a pagar su deuda, que es de más de 18 billones de dólares.
Durante
2015 el precio del petróleo se ha depreciado hasta casi la mitad de su
valor: a mediados del año pasado un barril de petróleo costaba alrededor
de 100 dólares, mientras que hoy en día su precio no excede de 50
dólares. Los consumidores tienen calefacción y combustible baratos, pero
esta situación daña tanto a las empresas energéticas como a algunos
gobiernos.
"¿Por qué Washington anuncia estos planes cuando los
precios están tan bajos? Tal vez porque no sólo se trata de dinero, sino
de política. Esta decisión pretende presionar al mercado de manera
artificial para debilitar a todos los países para los que la producción
de petróleo es el principal medio de equilibrar el presupuesto", pone de
relieve el medio.
"De este modo, EE.UU. esta desafiando a Rusia,
Arabia Saudí e Irán para desatar una guerra global de los recursos
energéticos", concluyen los autores.
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