JERUSALÉN.- Más de dos años después de que el presidente de Estados Unidos, Donald
Trump, propusiera por primera vez un plan para reanudar el proceso de
paz israelí-palestino, su primera fase será presentada formalmente el
martes en un seminario económico en Bahrein.
La cumbre económica ‘Paz para la Prosperidad’, cuyo objetivo es
fomentar la inversión en los Territorios Palestinos, fue propuesta como
el primer eslabón del amplio plan político de la Casa Blanca para poner
fin al conflicto.
El yerno de Trump, Jared Kushner, el principal
arquitecto del plan, dio el sábado un avance exclusivo de las
propuestas económicas.
Sin embargo, el proyecto económico de la
Casa Blanca no hace mención alguna a la condición de Estado de
Palestina. Y poco se ha revelado hasta ahora sobre siguiente fase del
plan, que tendrá que abordar ésta y otras cuestiones que desbarataron
décadas de esfuerzos de los anteriores pacificadores.
Estas cuestiones incluyen:
-El estatuto de la ciudad de Jerusalén, que abarca lugares sagrados para el judaísmo, el islam y el cristianismo.
-Establecimiento de fronteras mutuamente acordadas.
-Encontrar
las debidas condiciones de seguridad para evitar los temores de Israel
sobre los ataques palestinos y de sus hostiles vecinos.
-Abordar
las demandas de los palestinos sobre la creación de un Estado y el fin
de la ocupación de los territorios palestinos por parte de Israel desde
hace décadas.
-Encontrar una solución a la difícil situación de millones de refugiados palestinos.
-Acuerdos sobre el uso compartido de recursos naturales escasos, como el agua.
-Los
palestinos exigen que Israel desmantele los asentamientos en
Cisjordania de los más de 400.000 israelíes que viven entre
aproximadamente 3 millones de palestinos, y los otros 200.000 colonos
israelíes en Jerusalén Oriental.
¿Qué sabemos del plan?
El
grupo de trabajo ‘Paz para la Prosperidad’ en Manama adoptará un
enfoque de “la economía es lo primero” ante el conflicto político y
religioso.
Esto
refleja un nuevo enfoque pragmático, o por el contrario, las raíces
empresariales de sus arquitectos neoyorquinos, dependiendo de si se
habla con partidarios o con críticos.
Reclama un fondo de
inversión de 50.000 millones de dólares para impulsar las economías de
Palestina y los estados árabes vecinos, según el documento examinado por
Reuters.
Entre los 179 proyectos de infraestructura y negocios
propuestos se encuentra un corredor de transporte de 5.000 millones de
dólares para conectar Cisjordania y Gaza.
Más de la mitad de los 50.000 millones de dólares se gastarán en los territorios palestinos durante 10 años.
El
resto se dividiría entre los países vecinos como Líbano, Egipto (cuya
península del Sinaí linda con Gaza) y Jordania, país que ha acogido el
mayor número de palestino y que teme que se asienten permanente allí.
¿Quién pagará?
La
administración Trump espera que otros (principalmente los ricos estados
del Golfo y los inversores privados) paguen gran parte de la factura.
¿Cuáles son sus posibilidades?
Las
expectativas son bajas. No habrá representantes de los gobiernos
israelí o palestino en el grupo de trabajo dedicado a promover la paz
entre israelíes y palestinos.
Además, el plan de reactivación
económica sólo se implementará si se alcanza una solución política en
uno de los conflictos más difíciles del mundo.
Las últimas
negociaciones de paz fracasaron en 2014, aunque las esperanzas eran
pocas incluso entonces, después de dos levantamientos palestinos durante
las últimas tres décadas, la expansión de los asentamientos israelíes y
el ascenso al poder de Hamás, un movimiento armado islamista que sigue
oponiéndose implacablemente a la existencia de Israel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario