TEHERÁN.- El comandante en jefe de los Guardianes de la Revolución de Irán, Hosein
Salamí, consideró este domingo que "no se avecina una guerra" con
Estados Unidos pese al despliegue militar que está realizando este país
en el golfo Pérsico.
Salamí informó al Parlamento en una sesión cerrada sobre los últimos
acontecimientos de seguridad en la región, en concreto sobre la decisión
de Washington de enviar a la zona el buque de asalto anfibio USS
Arlington, el portaaviones USS Abraham Lincoln y cazabombarderos.
El presidente de la comisión de Seguridad Nacional y Política
Exterior del Parlamento, Heshmatolah Falahatpisheh, explicó a la agencia
oficial IRNA que el comandante de la Guardia Revolucionaria indicó que
basándose en “análisis estratégicos y de campo no se avecina una
guerra”.
“Sólo están librando una guerra psicológica y están tratando de
combinarla con las sanciones y las presiones económicas”, dijo
Falahatpisheh, citando a Salamí.
El diputado también indicó que nadie en Irán contactará con la
Administración estadounidense de Donald Trump para iniciar
conversaciones y que “los estadounidenses tendrían que proponer una
negociación con Irán mucho más seriamente en el futuro”.
Sobre el despliegue militar estadounidense, el conocido parlamentario
Alaedin Boruyerdí dijo a la agencia Tasnim que “no es un fenómeno
nuevo, ya que estos buques de guerra siempre han estado presentes en la
región ilegalmente”.
El comandante de los Guardianes también aseguró a los diputados que
si EEUU inicia una guerra contra Irán “sus intereses estarían en
peligro”, por lo que -vaticinó- “no podría terminar esa confrontación”.
El Departamento de Defensa de EEUU anunció este viernes que reforzará
sus tropas desplegadas en Oriente Medio con el buque de asalto anfibio
USS Arlington y misiles Patriot, que se suman al portaaviones USS
Abraham Lincoln y a los cazabombarderos.
“EEUU no busca un conflicto con Irán, pero estamos preparados y
listos para defender a las fuerzas e intereses estadounidenses en la
región”, señaló el Pentágono en un comunicado.
La tensión en el golfo Pérsico ha aumentado desde que EEUU decidiera
el mes pasado no renovar las exenciones a la compra de petróleo iraní
otorgadas a ocho países y designar a los Guardianes de la Revolución
grupo terrorista.
Por su parte, el Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán
también declaró grupo terrorista a las tropas de EEUU desplegadas en
Oriente Medio bajo el mando del CENTCOM.
Además, el presidente iraní, Hasan Rohaní, anunció el pasado
miércoles que Irán suspende la aplicación de algunos de sus compromisos
nucleares y dio un ultimátum de 60 días para que se garanticen las
transacciones bancarias de Irán y sus exportaciones de petróleo.
El plazo fue dado al resto de firmantes del acuerdo nuclear de 2015
(Rusia, China, Francia, el Reino Unido y Alemania), justo un año después
de que EEUU se retirara del pacto y volviera a imponer sanciones a
Irán.
Al respecto, Rohaní dijo hoy que las presiones políticas y económicas
de EEUU contra Irán son “una guerra en toda regla y sin precedentes”,
por lo que llamó a la unidad interna para superar estas dificultades.
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