MADRID.- La organización no gubernamental Save the Children ha denunciado este martes que cada mes las “bombas extranjeras” que se están utilizando en la guerra de Yemen están matando o dejando heridos a 37 niños yemeníes.
Según el análisis de datos realizado por esta ONG, al menos 226 niños yemeníes “han sido asesinados y 217 han resultado heridos” en los últimos doce meses como consecuencia de ataques aéreos realizados por la coalición liderada por Arabia Saudí, “una media de 37 menores al mes”.
De este balance de niños víctimas de ataques aéreos, “210
estaban dentro o cerca de una casa cuando sus vidas fueron destrozadas
por bombas que habían sido vendidas a la coalición por gobiernos
extranjeros, tales como Reino Unido, Estados Unidos o Francia”.
Save the Children ha exigido a estos países, entre los que ha incluido a España, que procuren “la protección de los niños y las niñas atrapados en conflictos armados en lugar de vender armas a sus gobiernos”.
Según los datos del Proyecto de Monitoreo de Impacto Civil (CIMP, en
sus siglas en inglés), cerca de 150 niños viajaban en coche o cerca de
uno cuando sufrieron algún tipo de impacto, “a veces mientras huían por
seguridad”.
“Save the Children considera que es probable que el número de niños y
niñas muertos y heridos sea incluso mayor debido a que no se informa
públicamente de todas las víctimas civiles en Yemen”, ha indicado la
organización no gubernamental.
Tras recordar que se cumplen cuatro años del inicio de la guerra de
Yemen, Save the Children ha denunciado que los ataques aéreos “han sido
la principal causa de las lesiones y las muertes de niños y niñas
yemeníes relacionadas con la guerra”. “A lo largo del cuarto año
de conflicto, el 46 por ciento de los niños y niñas muertos o heridos
fueron alcanzados por bombas lanzadas desde un avión“, ha indicado.
Según los datos del CIMP, los ataques aéreos “mataron o hirieron
regularmente a niños y niñas al alcanzar áreas pobladas, donde el riesgo
de víctimas civiles era mayor”. La ONG ha recordado en un comunicado
que el 17 de abril de 2018 un ataque aéreo alcanzó la casa de una
familia en la ciudad portuaria de Hodeida, “matando a un hombre, a su
esposa y a cinco de sus hijos”.
“El 6 de agosto 40 niños y niñas fueron asesinados de un total de 51
personas cuando un ataque aéreo alcanzó un autobús escolar en un mercado
local. El 10 de marzo de este año más de diez niños y niñas murieron
cuando cinco casas fueron atacadas durante un ataque aéreo”, ha
denunciado la ONG.
El director de Save the Children en Yemen, Tamer Kirolos, ha dejado
claro que el uso de “armas explosivas” en zonas pobladas “es una táctica
cruel ya que destruyen indiscriminadamente a su paso”.
“Es imposible
imaginar el terror que debe sentir un niño o una niña cuando una bomba
cae sobre su casa, incluso muchos murieron o resultaron heridos mientras
huían del peligro. Ningún niño o niña debería tener que
soportar el terror de un ataque aéreo, sin embargo, en Yemen sigue
ocurriendo, dejando profundas cicatrices físicas y mentales“, ha advertido.
Tras señalar que, desde la reactivación del conflicto en Yemen, se han registrado “más de 19.000 ataques aéreos”,
Save the Children ha alertado de que estos bombardeos “han devastado
hospitales, escuelas y todo tipo de infraestructuras”, provocando “un
daño terrible a la población”.
Sameer (nombre ficticio) es un niño yemení de ocho años que fue
víctima de un ataque aéreo en Hudaida cuando regresaba de la oración con
su abuelo. “Oí al cohete venir, explotó y después de eso me desmayé. Mi
padre me llevó a la ambulancia y la ambulancia me llevó al hospital.
Después de tres días me desperté. (…) Ojalá la guerra se detuviera, las
cosas se calmarían”, ha explicado.
El pequeño Sameer sufrió graves lesiones en la cabeza y tuvo que
someterse a una cirugía. Cuenta con el apoyo de Save the Children, que
está atendiéndolo junto a otros niños que han sufrido bombardeos. La
organización ha contado que está pagando su tratamiento médico y
medicamentos y que, en algunos casos, está aportando especialistas que
ayudan a los niños a recuperarse psicológicamente de sus experiencias.
Además, ha creado espacios seguros donde los niños y las niñas pueden
jugar, aprender y comenzar a sentirse niños de nuevo. Save the Children
ha recordado que en Yemen hay 24 millones de personas que necesitan
ayuda humanitaria.
Desplazamientos
“Millones de niños y niñas están al borde de la inanición en una de las peores crisis humanitarias de nuestro tiempo. La violencia también ha llevado a tres millones de personas a abandonar sus hogares, la mitad de ellos menores de edad“, ha señalado.
El director general de Save the Children España, Andrés Conde, ha
advertido de que “los niños y las niñas de Yemen son las personas más
afectados por esta crisis” y ha recalcado que “su sufrimiento debe
terminar”.
“Yemen es un ejemplo de libro de cómo cada guerra es una guerra emprendida contra los niños.
Urge detenerla y por ello exigimos que tanto las partes en conflicto
como los gobiernos cumplan con la legislación internacional, lo que
significa que las escuelas y los hospitales deben ser seguros, que las
armas explosivas nunca deben usarse en áreas pobladas y que las armas no
se deben vender donde se corra el riesgo de que serán utilizadas para
violar el derecho internacional”, ha afirmado.
“Cualquier persona que viole las reglas de la guerra debe ser
responsabilizada y los niños y las niñas deben obtener el apoyo y la
ayuda que necesitan para recuperarse de las heridas físicas e invisibles
de la guerra”, ha subrayado Conde.
Por último, Save the Children ha reiterado su llamamiento para que
los países dejen de vender armas a las partes en conflicto en Yemen
mientras la guerra siga matando y “mutilando indiscriminadamente” a niños, “para asegurarse de que exista un efectivo control y rendición de cuentas”.
“El acuerdo positivo alcanzado en diciembre en Estocolmo sobre la
redistribución de las fuerzas armadas en Hodeidah fue un primer paso
positivo, pero se necesita más para alcanzar una paz duradera para los
niños y las niñas de Yemen”, ha concluido Conde.
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