DUBÁI.- En Emiratos Árabes Unidos, las relaciones sexuales fuera del matrimonio
se castigan con penas de cárcel. Muchas trabajadoras migrantes se ven
forzadas a mantener encerrados a sus bebés.
Aproximadamente el 70% de los 9,4 millones de habitantes de
Emiratos Árabes Unidos está compuesto por trabajadores migrantes mal
pagados. Son una parte vital de la economía y, por lo general, trabajan
en la construcción, en el comercio minorista, o como taxistas y
sirvientes.
En Emiratos, la legislación que prohíbe el sexo fuera del matrimonio
se conoce como ley Zina y se suele aplicar de forma rigurosa. En
algunos casos, las autoridades han llegado a considerar las violaciones
como sexo ilícito, encarcelando a sus víctimas. Si un médico de Emiratos
diagnostica un embarazo en una mujer soltera, está obligado a
denunciarla ante la policía, que entonces puede encarcelarla o deportarla.
Antes de que el embarazo se haga visible, hay mujeres que optan por
irse de Emiratos. Los abortos clandestinos también son comunes.
De acuerdo con las estimaciones del Consulado de Filipinas en Dubai,
varios cientos de trabajadoras migrantes toman la misma decisión que
Neng cada año: esconderse tras un embarazo fuera del matrimonio.
“Temen
perder sus trabajos porque son el único medio que tienen de mantener a
su familia en Filipinas; para ellas, la deportación es como el final de
sus vidas”, explica Barney Almazar, abogado del despacho Gulf Law,
especializado en asistir legalmente a los trabajadores migrantes en
Emiratos.
Por el temor de que la policía las detenga, o de no poder cuidar de sus
hijos mientras trabajan, muchas de estas madres solteras se ven forzadas
a dejar a sus bebés en manos de otros miembros de la comunidad, que se
ocupan de ellos.
Las instalaciones para niños y bebés de las prisiones de
Dubai están ahora mismo llenas. Muchas madres han decidido entregarse
para poder dejar el país una vez cumplida su condena de cárcel, lo que
según el portavoz del consulado está haciendo que se acumulen los casos.
Pero hay signos de esperanza para estas familias. La Fundación de Dubai para Mujeres y Niños
es un refugio gubernamental y organización de beneficiencia que ayuda a
restablecerse a las víctimas de trata, cuida a huérfanos y niños
abandonados, y se ocupa cada año de “decenas” de madres que han tenido
bebés fuera del matrimonio, dice Ghanima Hassan Al-Bahri, su directora
de atención y servicios sociales.
Los tribunales se
han mostrado flexibles en todos los casos en que la fundación ha
intervenido, librando a la madre de la condena de cárcel. Al-Bahri
confía en que ese enfoque se aplique de forma más general.
“No puedo hablar de la policía o de la fiscalía deteniendo a mujeres,
no lo sé... Pero según nuestra experiencia en la fundación, no es así
cada vez que una mujer nos llama”, dice. “Creo que hay espacio para
mejorar... ¿Para qué meterlas en la cárcel?”.
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