DAVOS.- Una persona que, por el motivo que fuera, no se hubiera enterado de las noticias sobre el asesinato del periodista Jamal Khashoggi a manos de agentes saudíes y las protestas mundiales que se produjeron a continuación, podría pensar que Arabia Saudí es la niña bonita del Foro Económico Mundial en Davos.
El reino ha enviado una de sus delegaciones más potentes al complejo
ubicado en las montañas suizas y ha llenado las agendas de sus
principales ejecutivos de reuniones con sus colegas internacionales.
Sus
dirigentes han logrado la asistencia de importantes empresarios
occidentales a una mesa redonda sobre ‘Los próximos pasos para Arabia
Saudí’, donde el consejero delegado de la petrolera francés Total,
Patrick Pouyanne, y el jefe de Morgan Stanley, James Gorman, hablaron
junto a los ministros de Finanzas y Economía de Arabia Saudí.
La
reunión de Davos en los Alpes suizos es una oportunidad para que los
saudíes traten de superar meses de críticas airadas por el asesinato de
Khashoggi —un periodista crítico con el príncipe heredero Mohammed bin
Salman— en el interior del consulado saudí en Estambul en octubre.
Su
asesinato por parte de un equipo de agentes saudíes escandalizó al
mundo y empañó la imagen del príncipe heredero, anteriormente admirado
en Occidente por impulsar cambios profundos que incluyen reformas
fiscales, proyectos de infraestructuras y normas modernizadoras como
permitir que las mujeres conduzcan.
En Davos se observan señales
de que el control de daños está funcionando. El presidente suizo, Ueli
Maurer, dijo el miércoles que su país ha avanzado y quería establecer
relaciones sólidas con Riad, un reino rico con abundantes reservas de
petróleo que, a su vez, es un importante inversor global.
“Hace
tiempo que tratamos el caso de Khashoggi (...) Acordamos continuar el
diálogo financiero y normalizar las relaciones nuevamente”, dijo Maurer a
la agencia de noticias suiza SDA.
Aliados
occidentales, incluidos algunos políticos estadounidenses, han pedido a
Riad que castigue a los responsables del asesinato de Khashoggi. El
fiscal saudí ha pedido la pena de muerte para cinco sospechosos,
mientras el reino trata de contener su mayor crisis política durante una
generación.
Había habido dudas sobre el estatus de Arabia Saudí
en Davos. Al fin y al cabo, importantes inversores globales se
mantuvieron alejados de la conferencia anual Iniciativa de Inversión
Futura, organizada por el príncipe heredero, ante el escándalo por la
muerte del periodista saudí.
Después, en una cumbre de las
grandes economías del G20 en Buenos Aires, dio la impresión de que los
líderes ignoraban al príncipe Mohammed en el escenario durante la “foto
de familia”, pese a que muchos mantuvieron con él reuniones bilaterales a
puerta cerrada.
Sin embargo, en Davos la delegación saudí
mantuvo docenas de reuniones y ningún inversor occidental se retiró,
dijo el miércoles a Reuters el ministro de Economía saudí, Mohammad Al
Tuwaijri.
“En términos del día a día, Arabia Saudí sigue como
siempre. Nuestro trabajo como Gobierno es asegurarnos de que la
infraestructura, en especial la jurídica, es estable. Esperamos que este
viaje de transformación atraiga inversores”, dijo Tuwaijri.
También
añadió que la investigación sobre el asesinato necesitaba tiempo. El
mensaje que llevaría al príncipe heredero era “escuchar los comentarios
de los inversores”.
El ministro de Finanzas, Mohammed al-Jadaan,
dijo que estaba “absolutamente triste por lo que le sucedió a Jamal
Khashoggi”, pero también sugirió esperar a los resultados de la
investigación y el juicio.
También dijo que el hecho de que un bono
saudí de 7.500 millones de dólares hubiera registrado un elevado nivel
de sobresuscripción a principios de este mes mostró que los inversores
estaban recuperando la confianza.
Mohammed El Kuwaiz, presidente
de la Autoridad del Mercado de Capitales de Arabia Saudí, dijo que el
asesinato de Khashoggi hizo que los inversores dieran un paso atrás,
pero solo temporalmente.
“Hablando
no solo como empleado de la Administración, sino como ciudadano saudí,
todos en Arabia Saudí se han sentido absolutamente horrorizados por lo
que sucedió... Pero un país de 30 millones de personas no debe ser
secuestrado por un evento, sin importar lo atroz que sea,
particularmente en este momento en el que hemos estado trabajando muy
duro para establecer un nuevo rumbo para el país”, dijo Kuwaiz.
Los datos saudíes más
recientes mostrarán que las nuevas licencias de inversión extranjera
directa se duplicaron el año pasado respecto a las 377 de 2017, dijo una
fuente del Gobierno saudí. El Foro Económico Mundial eligió a dos
empresas estatales saudíes, Aramco y Sabic, para estar entre sus 100
socios estratégicos en 2019.
El gigante petrolero Aramco también
tiene previsto emitir un megabono este año y tiene la intención de
adquirir activos de gas en Estados Unidos, dijo su consejero delegado.
En el futuro, Aramco aún planea cotizar en el mercado en
algún momento en 2021, en la que podría convertirse en la salida a
bolsa más grande del mundo.
Pouyanne dijo que seguía adelante con
una inversión de 5.000 millones de dólares en un proyecto de refinación
y petroquímica en Arabia Saudí y que pronto anunciaría un nuevo
emprendimiento para gasolineras.
“¿Cuál es la alternativa para
una empresa como Total? ¿Boicotear a Arabia Saudí? Siempre estamos en
contra de las sanciones y los boicots. ¿Quiénes sufren el boicot y las
sanciones? Son las personas normales, la gente de la calle”, dijo
Pouyanne a la mesa redonda.
Gorman, de Morgan Stanley, también
dijo que los inversores querían “luz y transparencia” sobre el
asesinato, que era “absolutamente inaceptable”.
“Debes decidir
qué proceso juegas en un país que ha tenido un incidente frente a los 30
millones de personas que están experimentando una reforma
extraordinaria”, dijo Gorman, cuyo banco ha estado presente en Arabia
Saudí durante más de 40 años.
Bill
Browder, un crítico de Vladimir Putin que presionó para que se
aplicaran algunas de las sanciones más duras de Estados Unidos contra
Rusia por el asesinato de su abogado, conocidas como Ley Magnitsky, dijo
que las mismas sanciones deberían aplicarse a Arabia Saudí.
“Hasta
que Mohammed bin Salman pague por este crimen, no puede haber negocios
como si no hubiera pasado nada en Arabia Saudí”, dijo Browder.
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