GINEBRA.- El aumento de donaciones por parte de países del Golfo Pérsico, la
India, Turquía y otros Estados a la Agencia de Naciones Unidas para los
Refugiados Palestinos (UNRWA) compensó la decisión estadounidense de
dejar de enviar ayuda a esta institución, informó hoy el comisionado
general del organismo.
"Sufrimos una crisis financiera muy aguda y crítica cuando Estados
Unidos decidió rebajar en 300 millones de dólares su aportación a UNRWA
en 2018", destacó en una rueda de prensa el máximo responsable de la
agencia, Pierre Krahenbuhl.
El fin de la ayuda estadounidense (que se agudizó a mediados de año,
cuando EEUU canceló otros 60 millones de dólares de asistencia que aún
mantenía) se tradujo en la reducción de plantilla de la UNRWA en
programas de ayuda psicosocial y laboral en Gaza y Cisjordania, señaló
el comisionado general.
Sin embargo, a final de año se pudo compensar ese recorte con la ayuda de países que aumentaron sus donaciones.
"Estamos particularmente agradecidos con los países del Golfo
Pérsico, donde hubo un significativo aumento de las donaciones, y Arabia
Saudí, Qatar, Emiratos Árabes y Kuwait aportaron cada uno 50 millones
de dólares. La India y Turquía también merecen ser mencionadas", afirmó
al respecto Krahenbuhl.
Para 2019, UNRWA solicita a la comunidad internacional 1.200 millones
de dólares con el objetivo de asistir a 5,4 millones de refugiados
palestinos, "el mínimo necesario para mantener las operaciones al mismo
nivel que en 2018".
De esa partida, 750 millones de dólares se dirigirían a servicios de
educación, sanidad y otras necesidades para palestinos refugiados en
diversas áreas de Medio Oriente, en particular para financiar 711
escuelas donde estudian 530.000 niños, así como 140 centros sanitarios
que asisten a tres millones de pacientes anualmente.
Otros 138 millones se destinarían a programas en Cisjordania y Gaza
(que EEUU había financiado tradicionalmente y que se vieron
especialmente afectados por los recortes) y 277 millones para refugiados
palestinos en Siria o miembros de esa comunidad que desde aquel país en
guerra huyeron al Líbano y Jordania.
"EEUU ha sido extremadamente generoso durante décadas, la decepción
llegó el pasado año", lamentó Krahenbuhl, quien advirtió de que la
comunidad internacional no debe olvidar el problema palestino pese a las
décadas de conflicto larvado.
"Hay que estar mucho más preocupados, se subestimo lo ocurrido en
2018 en Gaza, donde en cierto modo nos hemos acostumbrado a los niveles
de violencia que sufre su población", recalcó el comisionado general.
El responsable de la UNRWA subrayó que "durante las protestas
ocurridas cada viernes el pasado año hubo unos 20.000 heridos", casi el
doble de los que se produjeron en la última gran escalada de violencia
entre israelíes y palestinos, ocurrida en el año 2014.
"Se han experimentado altos niveles de violencia, con falta de
libertad de movimiento, muy limitadas oportunidades de empleo y una
inseguridad alimentaria", concluyó el diplomático, quien lamentó que
sigue sin divisarse a corto o medio plazo una solución política para los
palestinos.
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