BERLÍN.- La
embajada estadounidense en Alemania admitió el jueves que
presiona "a diario" a las empresas alemanas para que salgan de Irán, al
mismo tiempo que los países europeos buscan sacarle el cuerpo a las
sanciones de Estados Unidos contra ese país.
Este
anuncio ocurre el mismo día que el gigante automotriz Volkswagen
rechazó confirmar su salida de Irán, anunciada horas antes por el
embajador estadounidense en Alemania, Richard Grenell, un allegado a
Donald Trump que suele también hacer declaraciones polémicas.
"El
embajador estadounidense Grenell habla desde hace rato a los directores
generales y a los líderes industriales exhortándolos a conformarse a
las sanciones estadounidenses", indicó Christina Higgins,
portavoz de la embajada.
"El
embajador trabaja a diario con el equipo de la embajada para hacer el
seguimiento de las diferentes empresas y garantizar que respetan sus
compromisos" agregó.
Estados
Unidos volvió a aplicar sanciones contra Irán tras la decisión
unilateral en mayo del presidente Trump de salirse del acuerdo logrado
en 2015 con Irán y otras cinco potencias, para garantizar el carácter
estrictamente pacífico del programa nuclear iraní.
Pero
los europeos, determinados a salvar el acuerdo, quieren instaurar un
mecanismo para continuar el comercio con Irán pese a las sanciones
estadounidenses.
Buscan
instaurar un circuito comercial alternativo, una especie de trueque a
gran escala, para sacarle el cuerpo a las sanciones estadounidenses y
posibilitar que Irán siga exportando petróleo.
El
4 de noviembre, una nueva tanda de sanciones afectará directamente las
exportaciones de petróleo iraníes y las operaciones bancarias con ese
país, que de facto se encontrará desconectado de los circuitos
financieros internacionales.
Alemania
es uno de los principales socios comerciales de Irán. En 2016, las
exportaciones alemanas alcanzaron 2.600 millones de euros, lo que
representa un alza de de 26% en un año.
Desde
su llegada a Berlin el embajador Grenell la emprendió con las empresas
alemanas, y twiteó el 8 de mayo que debían "cesar sus operaciones de
inmediato" en Irán.
Grenell
afirmó que se había logrado un acuerdo entre el grupo automotriz
Volkswagen y la diplomacia estadounidense, según la agencia Bloomberg.
Según este acuerdo, Volkswagen ya solo tendría actividades muy
restringidas en Irán por motivos humanitarios.
Pero
el grupo alemán aseguró que "examina las implicaciones
posibles relacionadas con la reintroducción de las sanciones
estadounidenses".
Fuentes bien informadas aseguraron que el acuerdo anunciado por Grenell "no existe".
Alemania
es objetivo favorito de Donald Trump, pues le reprocha los excedentes
comerciales, los gastos militares muy reducidos y una política
migratoria generosa.
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