MADRID.- Mohamed Bin Salman (MBS), príncipe heredero y hombre fuerte de Arabia Saudí, ha distinguido a España como socio preferente para su ambicioso plan Vision 2030,
que busca convertir a un reino de rasgos medievales en un país capaz de
competir en la era post-petróleo. Su escala en Madrid, con la que ha
culminado una gira de más de un mes por Reino Unido, Estados Unidos y
Francia, ha incluido la firma de cinco acuerdos; entre ellos, el que da
cobertura a la compra de cinco corbetas de los astilleros públicos
Navantia por 2.000 millones de euros, tal como revela hoy El País.
La ministra María Dolores de Cospedal y el príncipe saudí, que ostenta también la condición de ministro de Defensa,
firmaron este jueves el acuerdo de intenciones (MOU, por sus siglas en
inglés) que dará cobertura a la compra de cinco corbetas del astillero
público Navantia por unos 2.000 millones de euros.
Este acuerdo
político, que no es jurídicamente vinculante, debe plasmarse en otros
tres documentos. El primero, firmado este jueves, por el que Navantia y
la compañía saudí SAMI (Industrias Militares de Arabia Saudí)
constituirán una sociedad conjunta para el desarrollo de programas
navales.
El segundo, por el que la Armada española se encargará de
formar e instruir a unos 700 marinos saudíes, que nutrirán las
dotaciones de las corbetas. Y el principal: el contrato de compra de los buques, entre el Ministerio de Defensa saudí y la sociedad conjunta formada por Navantia y SAMI.
Por tanto, el acuerdo firmado ayer en Madrid no es aún el
paso definitivo, pero sí un paso irreversible para que se materialice el
mayor contrato de exportación de Navantia, que lleva ya dos años de
retraso.
Frente al argumento del empleo (el contrato generará 2.000
puestos de trabajo en los astilleros de Ferrol y San Fernando), cuatro
ONG (Amnistía Internacional, FundiPau, Greenpeace y Oxfam Intermón)
pidieron que se interrumpa la venta de armas a Arabia Saudí y
denunciaron la complicidad de España con los crímenes de guerra en
Yemen, donde han muerto casi 6.000 civiles desde que en 2015 comenzó la
intervención de la coalición militar liderada por Riad.
Además de este acuerdo, la delegación saudí firmó en el
Palacio de La Moncloa un acuerdo sobre transporte aéreo que permitirá
incrementar los vuelos entre los dos países (el año pasado visitaron
España más de 73.000 saudíes), un programa ejecutivo de cooperación
cultural y dos memorandos sobre cooperación científica y laboral.
En la reunión entre las dos delegaciones —cinco ministros
del lado saudí y ocho por parte española—, el príncipe heredero
“confirmó el papel de España como socio importante para el éxito de su
proyecto de diversificación económica”, según informó La Moncloa, y se
señalaron áreas de cooperación en las que las empresas españolas tienen
amplia experiencia, como energía (incluidas las renovables),
infraestructura, transporte, cultura, ciencia y tecnología y defensa.
El
Plan de Internacionalización del Transporte y las Infraestructuras
2018-20 del Ministerio de Fomento identifica proyectos por 32.000
millones en Arabia Saudí en los próximos diez años.
Arabia Saudí es el primer socio comercial de España en
Oriente Próximo, con un volumen de intercambios de 5.951 millones de
euros en 2017 y un saldo deficitario para España de 1.417 millones. En
parte se compensa con la creciente presencia de empresas españolas en
Arabia Saudí. con contratos como el AVE La Meca-Medina, actualmente en
periodo de pruebas, o el metro de Riad.
La primera visita a España del heredero saudí, de 32 años,
sirvió también para dar proyección de futuro a la relación entre las dos
casas reales. Felipe VI, que no coincidió con MBS cuando visitó Riad en
enero del año pasado, le invitó a una cena privada el jueves en la
Zarzuela, para ir tejiendo una amistad como la que su padre don Juan
Carlos mantuvo con todos los monarcas saudíes desde los tiempos del rey
Faisal.
El Rey tuvo con su huésped todas las deferencias que le
permitía el protocolo, dado que no es jefe de Estado. Se alojó en el
Palacio del Pardo, residencia de los mandatarios extranjeros que visitan
España, y le ofreció un almuerzo en el Palacio Real. Eso sí, fue
almuerzo y no cena de gala, no hubo discursos y la comida se sirvió en
el Salón de Columnas, el mismo espacio que se utilizó con el el
presidente palestino Mahmud Abas, jefe de un no-Estado.
El hecho de que no hubiera discursos ni rueda de prensa (MBS
compareció ante los periodistas en París junto al presidente Macron)
hizo que no se escuchara públicamente su voz, a pesar de que el
principal objetivo de su gira era presentarse como un reformista,
dispuesto a permitir la apertura de cines y a dejar conducir a las
mujeres. Eso sí, sin democracia porque la democracia es, desde su punto
de vista, un medio y no un fin en sí misma.
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