CÁDIZ.- El Gobierno saudí ha cambiado algunos aspectos del acuerdo suscrito con España a través de Navantia
para construir en el astillero de San Fernando cinco corbetas del
modelo Avante 2200, similares a los cuatro patrulleros que se vendieron a
Venezuela durante el gobierno del presidente Rodríguez Zapatero, según La Voz de Cádiz.
El pacto inicial al que llegaron las partes hace ahora dos años y refrendado por el Rey Felipe VI durante su visita a Riad el 15 de enero de 2017 incluía, entre otros asuntos, la construcción y equipamiento en España de los cinco buques, la construcción por parte de empresas españolas de la base naval donde tendrán su sede militar estos barcos en la costa de Arabia, el adiestramiento de las distintas tripulaciones y la asignación a Navantia del mantenimiento de los barcos o ciclo de vida.
Estas han sido, en líneas generales, las principales cláusulas del contrato naval entre España y Arabia por valor de 2.000 millones de euros. Navantia ha insistido desde el primer momento que el acuerdo estaba atado y bien atado a falta solo de que el Rey de Arabia, Salmán bin Abdulaziz, rubricara el expediente.
Sin embargo, esta firma se ha ido demorando con el paso del tiempo hasta llegar a una situación que ha obligado a la compañía española a aceptar una serie de condiciones impuestas a posteriori por el Gobierno saudí. La Voz de Cádiz ha podido saber que se llevó a cabo tras el viaje del monarca español a Arabia una negociación paralela donde se ha incluido el final de la obra del AVE a la Meca y el contrato de las corbetas.
Presión por el AVE
Las dificultades que ha generado la obra del tren de alta velocidad por el desierto han servido a las
autoridades saudíes para meter presión sobre el contrato militar y, al
mismo tiempo, imponer algunas contraprestaciones en favor de sus
intereses.
La obra del AVE del desierto ha sorteado multitud de inconvenientes desde que se adjudicó a un consorcio de constructoras españolas en 2011. No obstante, los problemas se han resuelto y el tren ya realizó entre julio y diciembre pasado con éxito las pruebas previas a su inauguración oficial, que se prevé para el próximo marzo.
Cabe destacar que en paralelo, el Gobierno saudí no ha abandonado en ningún momento su ambicioso proyecto de renovación de su flota, pero ha ido lentamente diseñando un nuevo contrato con Navantia para su puesta en marcha.
Los contactos entre los ejecutivos de la empresa española y los representantes de la Defensa de aquel país han sido constantes. De hecho, una misión de militares y técnicos saudíes se encuentra desde hace meses en el astillero isleño preparando la logística de la obra. El punto de inflexión se produjo, precisamente en agosto del año pasado, cuando miembros del Gobierno saudí se desplazaron a Madrid para acordar y firmar con Navantia un contrato de confidencialidad sobre la obra de las corbetas.
El contrato sigue adelante pero con cambios sustanciales para los intereses españoles. Así, las autoridades saudíes han puesto condiciones a la obra que, supuestamente, han sido aceptadas por España. Una de las más importantes radica en la construcción de la base naval en Arabia donde esta flota de corbetas tendrá su sede de operaciones en el Golfo Pérsico.
Inicialmente, la base iba a estar ubicada en Yeda, segunda ciudad más importante de Arabia Saudí, situada a orillas del Mar Rojo, pero la obra de esta importante infraestructura no tendrá sello español. Arabia pilotará la construcción de esta base con apoyo español, pero serán empresas de aquel país las encargadas de sacar adelante el proyecto.
El contrato de las corbetas va más allá de la construcción naval. También hay un componente de asistencia tecnológica-militar. Y se prevé un contrato de desarrollo de sistemas de control y combate para los buques; un contrato de mantenimiento una vez disponga de ellas el cliente; y un programa de adiestramiento, que implica el desarrollo de una escuela de formación en Arabia Saudí con simulador de puente y de máquinas; también implica adiestramiento operacional de unos 400 marinos saudíes en España. El Gobierno saudí ha modificado algunas de estas condiciones y quiere que las pruebas de tiro de los buques se lleven a cabo en Arabia.
No hay que olvidar que Navantia participa en tres concursos mundiales para la construcción de fragatas. El más inmediato, el de Australia, se resolverá en primavera, que incluye la construcción de nueve fragatas para su Marina, similares a las de la serie F-100 de la Armada española. Posteriormente Navantia se la juega con Canadá y Estados Unidos, donde aspira a construir barcos de alta gama.
El acuerdo de confidencialidad y de cooperación entre España y Arabia Saudí se firmó el pasado agosto y ratifica un acuerdo sobre protección mutua de información clasificada en el ámbito de la Defensa. Se trata de un documento firmado por el director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Félix Sanz Roldán, y un representante del Ministerio de Defensa saudí, el ayudante del Ministerio de Defensa saudí Mohamed ben Abdullah Alaiesh.
El acuerdo entró en vigor el pasado 25 de agosto y tiene una validez inicial de cinco años, pudiéndose prorrogar por periodos consecutivos de un año. Se trata de un paso más en las relaciones de Defensa hispano-saudíes para garantizar la protección de información clasificada que se intercambie, «así como entre sus contratistas autorizados».
De este modo, tiene una derivada ante la información que atañe a posibles contratos militares.
Ante esta situación, distintas fuentes consultadas por La Voz de Cádiz avanzan que el acuerdo definitivo entre España y Arabia para la construcción de los cinco buques tendrá lugar en febrero, antes de la inauguración del AVE a la Meca. De esta forma, la previsión que manejan los ingenieros de Navantia es que el corte de chapa de la primera corbeta se celebre en octubre, un año después de lo previsto.
La obra del AVE del desierto ha sorteado multitud de inconvenientes desde que se adjudicó a un consorcio de constructoras españolas en 2011. No obstante, los problemas se han resuelto y el tren ya realizó entre julio y diciembre pasado con éxito las pruebas previas a su inauguración oficial, que se prevé para el próximo marzo.
Cabe destacar que en paralelo, el Gobierno saudí no ha abandonado en ningún momento su ambicioso proyecto de renovación de su flota, pero ha ido lentamente diseñando un nuevo contrato con Navantia para su puesta en marcha.
Los contactos entre los ejecutivos de la empresa española y los representantes de la Defensa de aquel país han sido constantes. De hecho, una misión de militares y técnicos saudíes se encuentra desde hace meses en el astillero isleño preparando la logística de la obra. El punto de inflexión se produjo, precisamente en agosto del año pasado, cuando miembros del Gobierno saudí se desplazaron a Madrid para acordar y firmar con Navantia un contrato de confidencialidad sobre la obra de las corbetas.
El contrato sigue adelante pero con cambios sustanciales para los intereses españoles. Así, las autoridades saudíes han puesto condiciones a la obra que, supuestamente, han sido aceptadas por España. Una de las más importantes radica en la construcción de la base naval en Arabia donde esta flota de corbetas tendrá su sede de operaciones en el Golfo Pérsico.
Inicialmente, la base iba a estar ubicada en Yeda, segunda ciudad más importante de Arabia Saudí, situada a orillas del Mar Rojo, pero la obra de esta importante infraestructura no tendrá sello español. Arabia pilotará la construcción de esta base con apoyo español, pero serán empresas de aquel país las encargadas de sacar adelante el proyecto.
El contrato de las corbetas va más allá de la construcción naval. También hay un componente de asistencia tecnológica-militar. Y se prevé un contrato de desarrollo de sistemas de control y combate para los buques; un contrato de mantenimiento una vez disponga de ellas el cliente; y un programa de adiestramiento, que implica el desarrollo de una escuela de formación en Arabia Saudí con simulador de puente y de máquinas; también implica adiestramiento operacional de unos 400 marinos saudíes en España. El Gobierno saudí ha modificado algunas de estas condiciones y quiere que las pruebas de tiro de los buques se lleven a cabo en Arabia.
Alianza estratégica
En este misma línea, el Gobierno saudí ha mostrado su intención con Navantia de buscar una alianza estratégica empresarial con el fin de participar también en proyectos internacionales. Es en este punto, donde Navantia ha tenido que aceptar algunas de las condiciones más duras del acuerdo, ya que empresas saudíes podrían participar con la empresa española en ofertas internacionales de construcción naval.No hay que olvidar que Navantia participa en tres concursos mundiales para la construcción de fragatas. El más inmediato, el de Australia, se resolverá en primavera, que incluye la construcción de nueve fragatas para su Marina, similares a las de la serie F-100 de la Armada española. Posteriormente Navantia se la juega con Canadá y Estados Unidos, donde aspira a construir barcos de alta gama.
El acuerdo de confidencialidad y de cooperación entre España y Arabia Saudí se firmó el pasado agosto y ratifica un acuerdo sobre protección mutua de información clasificada en el ámbito de la Defensa. Se trata de un documento firmado por el director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Félix Sanz Roldán, y un representante del Ministerio de Defensa saudí, el ayudante del Ministerio de Defensa saudí Mohamed ben Abdullah Alaiesh.
El acuerdo entró en vigor el pasado 25 de agosto y tiene una validez inicial de cinco años, pudiéndose prorrogar por periodos consecutivos de un año. Se trata de un paso más en las relaciones de Defensa hispano-saudíes para garantizar la protección de información clasificada que se intercambie, «así como entre sus contratistas autorizados».
De este modo, tiene una derivada ante la información que atañe a posibles contratos militares.
Ante esta situación, distintas fuentes consultadas por La Voz de Cádiz avanzan que el acuerdo definitivo entre España y Arabia para la construcción de los cinco buques tendrá lugar en febrero, antes de la inauguración del AVE a la Meca. De esta forma, la previsión que manejan los ingenieros de Navantia es que el corte de chapa de la primera corbeta se celebre en octubre, un año después de lo previsto.
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