DOHA.- El
Gobierno de Qatar quiere abrir nuevas líneas comerciales para abastecer
el flamante puerto de Hamad, inaugurado hace medio año y que ahora está
comenzando a ganar vida tras el bloqueo comercial impuesto por sus
vecinos árabes.
Ubicado
cerca de la ciudad industrial de Misaid, la "capital" catarí del gas
licuado, a unos 35 kilómetros al sur de Doha, y en pleno funcionamiento
desde el pasado diciembre, el inmenso puerto parece que tan solo opera a
una porción mínima de su capacidad.
Un
gran carguero a rebosar de contenedores llega al terminal procedente de
Iraq, durante una visita guiada para periodistas, mientras otros cinco
barcos descargan ovejas, tubos de acero y, lo más importante, un
cargamento de 3.000 toneladas de alimentos que llegó la semana pasada
desde el puerto turco de Izmir.
Los
alimentos turcos han llenado el vacío que dejó en los supermercados
Arabia Saudí, país que hasta el inicio de la crisis diplomática el
pasado 5 de junio, proveía por tierra del 40 % de los productos
consumidos en Qatar, un pequeño país desértico prácticamente sin
producción propia.
El
bloqueo económico, en el que participan también Emiratos Árabes Unidos
(EAU), Bahréin y Egipto, significó asimismo la interrupción temporal del
envío de mercancías por parte de varias navieras de China y Taiwán,
entre ellas COSCO, Evergreen y OOCL.
Estas
empresas enviaban los cargamentos destinados a Qatar a través del
puerto de Yebel Ali, en Dubai, donde las mercancías se transferían a
barcos de menor calado y eslora, que después anclaban en el antiguo
puerto de Doha, aún en operación, pero cuyo destino es el de pasar a ser
sólo un puerto de recreo.
El
director del puerto Hamad, Abdulaziz Naser al Yafei, explicó que
la respuesta inmediata para sortear el bloqueo fue usar dos puertos
omaníes, a través de los cuales pueden llegar las mercancías que antes
lo hacían directamente por mar desde EAU.
No
obstante, durante el pasado mes en el que se han aplicado las
sanciones, Qatar ha tenido las manos libres y ha aprovechado para
comenzar a abrir nuevas rutas comerciales directas, sin depender de su
vecino emiratí, la primera de ella, con origen en dos puertos de la
India.
"Ya
tenemos líneas directas con el Lejano Oriente desde el puerto de Hamad,
eso nos ha ayudado. Pero ahora queremos más conexiones directas, no
solo con el Lejano Oriente sino también con América, con Europa, con
África. En esto estamos trabajando ahora", dijo Al Yafei.
Además
del cargamento de alimentos turcos, estos días también se está
descargando en el puerto Hamad un barco procedente de Australia con
32.000 cabezas de ganado.
Un
funcionario del puerto dijo que "hay ovejas en todo el mundo, no
hace falta que vengan de Arabia Saudí", único país con el que Qatar
comparte frontera terrestre.
El
nuevo puerto, catorce veces mayor que Doha, tiene un área total de 26,5
kilómetros cuadrados y requirió inversiones de 7.400 millones de
dólares.
Como
todas las obras importantes en Qatar, cuenta con un llamativo elemento
arquitectónico de diseño contemporáneo, en este caso, una torre de
control de 110 metros de altura y de fachada retorcida y de vidrio, que
no desentonaría entre los modernos rascacielos del centro financiero de
Doha.
El
puerto Hamad tiene capacidad para recibir 5.000 barcos cada año y se
estima que llegará a una capacidad máxima para manejar 7 millones de
TEUs (unidad equivalente a veinte pies) cuando estén en funcionamiento
sus tres terminales.
Actualmente
solo está operativo uno de los tres y el mes pasado ese terminal
recibió 212 barcos, con cargamentos de 130.000 toneladas de carga
general, lo que incluye 4.300 vehículos y 61.000 cabezas de ganado
vivas, según datos de los responsables del terminal.
Además
del tráfico marítimo, los cuatro países árabes también han impuesto un
bloqueo aéreo sobre Qatar, por lo que prohibieron a Qatar Airways
operara en sus territorios y suspendieron todos los vuelos directos
hacia y desde ese país.
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