ASTANÁ.- Mientras la mayoría de
grandes países petroleros se están planteando congelar su producción
para hacer aumentar los precios, Kazajistán está empezando a explotar,
con años de retraso, su inmenso yacimiento de Kachagán.
Dieciséis
años después del descubrimiento en el Caspio de este yacimiento
abundante pero que necesita técnicas muy complejas de extracción, la
antigua república soviética puso en marcha con relativa discreción un
proyecto de 50.000 millones de dólares.
El 14 de octubre el
consorcio internacional NCOC, que explota el yacimiento, parado tras un
intento fallido de lanzamiento en 2013, anuncia sus primeras
exportaciones de petróleo. El ministro de Energía, Kanat Bozumbaiev,
advirtió sin embargo de que alcanzar el objetivo de producción "tomará
cierto tiempo".
NCOC, formado por la compañía kazaja KazmunaiGas, la
francesa Total, la estadounidense ExxonMobil, la italiana Eni, la
angloholandesa Shell, la china CNPC y la japonesa Inpex, tiene el
objetivo de producir 370.000 barriles al día antes de que termine 2017.
Cuando
fue descubierto en el año 2000, el yacimiento estaba considerado uno de
los más importantes de los últimos 40 años, en un contexto de temor a
la caída de la producción de hidrocarburos por la falta de recursos.
Kazajistán
y las empresas implicadas invirtieron 55.000 millones de dólares para
poner en marcha un proyecto con numerosos desafíos técnicos ligados a la
poca profundad del agua, las heladas en invierno y las altas presiones a
las que están sometidas las reservas.
Hoy el contexto es muy
distinto, con nuevas técnicas de explotación e inversiones masivas que
han sido posibles tras años de petróleo a precios altos.
Ahora, los miembros de la
Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) se están
planteando un acuerdo para reducir su producción y elevar el precio del
crudo.
Rusia, que no forma parte del cártel, también dice estar
dispuesta a congelar su oferta, una decisión que ha permitido que el
barril vuelva otra vez por encima de los 50 dólares tras meses a la
baja.
Sin embargo, este precio está considerado todavía insuficiente para financiar los proyectos más complejos de explotación.
Por ello la puesta en marcha de Kachagán llega a
contracorriente. En septiembre la OPEP aumentó sus previsiones de oferta
en los países no miembros, principalmente a causa de este yacimiento.
"Hay
que ser muy prudente y asegurarse de que [el nuevo arranque] se
desarrolla sin problemas", indica Andrew Neff, un analista de la
consultora IHS.
En septiembre de 2013, Kachagán produjo sus
primeros barriles pero las filtraciones del oleoducto obligaron a
detener la producción un mes después.
En 2014 las autoridades impusieron una multa de más de 700 millones de dólares a NCOC por violar las normas medioambientales.
El
proyecto es clave para Kazajistán, cuya economía se ha visto muy
afectada por la caída del precio del barril y cuya moneda ha perdido la
mitad de su valor.
"Kachagán es importante para la economía de
Kazajistán como fuente de ingresos para ayudar a resolver los problemas"
entrada de dinero por exportación, explica Kassymkhan Kapparov,
director de un instituto de investigación económico en Almaty, la
capital kazaja.
Kazajistán tiene en cartera otros proyectos. En
julio las empresas, lideradas por la estadounidense Chevron, que
explotan el yacimiento de Tengiz, uno de los más importantes del país,
anunciaron una inversión gigante de 36.800 millones de dólares para
aumentar la producción hasta un millón de barriles diarios.
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